domingo, 8 de abril de 2012

Cuando el sol se oculta


Cuando el Sol se oculta, nuestro interior se estremece como Rosa marchitada tras el deslumbramiento de una tormenta.  Así  nos  sentimos  al no poder ver con claridad nuestra propia vida y sin entender  actuamos  muchas  veces  de manera imprevista frente a distintas situaciones, dejándonos  apartado  de aquella  luz  llena de amor que frente a nosotros teníamos.

Son palabras de  un  corazón repleto de  emociones  que  muchas veces  intento callar  reprimiendo  mis propios  sentimientos  para  no  afectar  a  lo  que más  quiero. “El abrazo” que tanto deseo obtener.  

Yo sé muy bien que no soy el único que se siente así.  Yo sé que tú te sientes igual que yo, y mis palabras no son solamente letras,  es  un  desahogo  que sentimos  al  no  poder  contar  con aquel abrazo que se encuentra alejado como si fuéramos  un  imán  repeliendo  un  abrazo que hacia nosotros  se acercaba.
 
Nuestras  vidas  es un conjuro de caminos  que  debemos  elegir.  No hace falta hacer  algún cursillo para saber qué camino elegir, simplemente tenemos la mejor  herramienta  que  nos  fortalece en cada momento en el cual estamos en aquella puerta  que al otro lado nos espera con ansiedad, un camino en el cual  puede  ser maravilloso  o  puede ser  tormentoso.  Depende solamente  de nuestra elección  y  de nuestra propia sabiduría.
 
También  se  que tenemos un sueño que cumplir, un anhelo que se encuentra dormido y nos hace  mantener de pie.  
 
Nuestra sabiduría no es un plato solamente para ricos e inteligentes.  NO!  Y me pongo extremista  al  intentar  explicar  que  solamente  debemos escuchar aquella vos que nos entrega  la  vida,  una voz  de  amor  y  ternura  que se compadece de nuestra propia situación  como  si  supiera  que  necesitamos  de  su ayuda.  
 
Seamos  objetivos con  nuestra  realidad,  aceptémosla  sin  importar  como  nos encontremos.  La  verdad  que no importa  donde tus pies estén pisando,  si  pisan  lodo  o  cerámica.  Lo único importante  es  aceptar  que  nuestro  interior necesita  un empujoncito  para  poder   realizar  aquel  sueño  que alejado se encontraba de nosotros.

Yo  deseo,  mi  gran  sueño  es  poder  abrazarte  en  este  momento  que pasas en tu vida.  Y que no sea  simplemente  una  reflexión más.  
 
Pongamos  “STOP”  a  aquello  que nos hace daño  sin  dejarnos  vivir  el propósito  de nuestras vidas.  Sepamos elegir bien cuando  estemos  adelante  de  aquella  puerta  que  nos  espera con ansiedad.  Elijamos bien, y creo que hoy es el momento en el cual  debes  abrir  aquella puerta  sabiamente  para  seguir  tu  camino.  
 
Solo tú eres el  único  ser  con derecho  a  vivir   una  vida  en plenitud  o  vivir  una vida con problemas.  Y  aunque  todo  problema  tenga  solución  debemos  estar  decididos  a  cambiar  nuestra  forma  de vida  para  que  nuestro  interior  se  goce de  un  nuevo  bienestar.
 
Abrazzandote  es  un  blog  en  el  cual  está  dispuesto a escucharte  sin  importar  la  causa  de  lo que quieras  expresar.  Simplemente  dejar  salir  los  sentimientos  de tu interior, de tu corazón mismo  con  el único fin  de  poder  abrazarte  en ese momento duro que pasas, y  buscar  una solución.  Porque  debemos  aprender  a valorar lo hermoso  de  esta  vida,  y lo hermoso de esta vida  es  abrazar a aquellas personas  que  realmente  necesitan  aquel  abrazo  que logre cambiar sus vidas,  y  todavía  sigo pensando  que todas las personas  necesitan de él.

 
Quiero  dejarles  un  saludo  enorme,  con motivo para  que  tomen conciencia  en la etapa que están pasando en  sus  vidas, y  darles  ánimo  para que enfrenten cada uno de sus proyectos.  También  los  invito a  que  sigan  leyendo  mis  minis-artículos,  y puedan formar parte de esta gran familia.  Realmente pienso que si permanecemos unidos, podremos lograr muchísimas cosas.

 
Los espero con ansias en el próximo mini-artículo que con tanto cariño los escribo para ustedes y pedirles disculpas si encuentran faltas de ortografía, pero cada error se puede solucionar jeje.

Hasta la proxima!

Autor:  Alejandro Larco